Cuando Jan y Marijke decidieron el año pasado dejar atrás su agitada vida en los Países Bajos, sabían que buscaban algo mejor: un lugar donde el sol brillara más a menudo que la lluvia, donde el aire fuera puro y los días transcurrieran con tranquilidad. Su búsqueda los llevó a la Costa Blanca y, en pocas semanas, supieron con certeza que este sería su nuevo hogar.
En su primera mañana en su nueva casa en Moraira, se despertaron con el suave sonido de las olas y una cálida brisa que soplaba entre las palmeras. En febrero, mientras sus amigos en los Países Bajos raspaban el hielo de los parabrisas, Jan y Marijke disfrutaban de un café en su terraza con unos agradables 18 grados.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el clima de la Costa Blanca es uno de los mejores del mundo, y pronto descubrieron por qué. Con más de 300 días soleados al año, podían pasar casi todos los días al aire libre, ya fuera dando un paseo matutino por la playa o disfrutando de un almuerzo en un pintoresco pueblo de montaña.
Marijke, que llevaba años sufriendo de asma leve, notó una gran mejoría en pocas semanas. El aire se sentía puro, sin la pesada humedad a la que estaba acostumbrada en los Países Bajos. Durante una visita a las lagunas rosadas de Torrevieja, un guía local les explicó cómo el aire rico en minerales de la zona tenía un efecto curativo en las vías respiratorias. Allí también conocieron a Ingrid, una mujer alemana que se había mudado a la región porque su reumatismo mejoraba significativamente con el clima seco.
Jan siempre había querido llevar una vida más activa, pero en los Países Bajos solía sentirse cansado y sin energía debido a los días grises y largos inviernos. Ahora, andaba en bicicleta a diario por la costa, disfrutaba de caminatas en el parque natural del Montgó y hasta comenzó a practicar yoga en la playa.
"Me siento veinte años más joven", le dijo entusiasmado a un vecino que llevaba diez años viviendo en la Costa Blanca. "Es la combinación del sol, el aire libre y el estilo de vida relajado. Aquí, finalmente tengo la energía para disfrutar de la vida".
También notaron que su alimentación diaria se volvió más saludable sin esfuerzo. Los mercados locales ofrecían frutas frescas, aceite de oliva y pescado, y sus comidas consistían en platos mediterráneos ligeros en lugar de los pesados guisos invernales.
Unos meses después, durante una videollamada con sus amigos en los Países Bajos, Jan y Marijke se dieron cuenta de cuánto había cambiado su vida. Mientras sus amigos se quejaban del clima gris y del estrés diario, ellos se sentían relajados, saludables y felices.
"Es como si estuviéramos de vacaciones", rió Marijke. "Y lo mejor de todo es que esta es nuestra vida cotidiana".
La Costa Blanca no solo resultó ser un destino soleado, sino también un lugar donde la salud, la tranquilidad y la calidad de vida se combinan. Ya sea que busques una casa de vacaciones, una segunda residencia o un nuevo comienzo permanente, aquí te espera una vida llena de sol y aire fresco.
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